En el silencio del espacio...
Hay un silencio total, quieto, congelado, como si todo estuviera detenido en la negrura del espacio, en la quietud de planetas enormes colgados en la nada. El paisaje sólo lo corta un artefacto de manufactura humana, como bailando detenidamente en el horizonte cósmico. Es una nave espacial, dentro de ella también hay silencio, quietud.
Todo está detenido. Todo está en espera de algo. Hay unas camas de hipersueño que se abren, los humanos que dormían dentro de ellas, despiertan, se desperezan, hablan, dicen groserías, comen, mastican, el silencio ha terminado.
Esto es Alien. Con sus silencios, su tensión, y ese organismo destructor casi invisible, esa nueva especie misteriosa e inteligente, casi invencible, el monstruo salido de alguna amorfa pesadilla, el depedrador que respira para destruir y subexistir a toda costa.
La atmósfera claustrofóbica, estresante, de cazador presa. De vísceras, de robots orgánicos, el bicho enorme que se esconde en las esquinas húmedas como si fuese un insecto gigante… un insecto gigante con colmillos y garras.
El enfrentamiento entre dos especies: la humana, débil, blanda, temerosa y en ocasiones con un instinto tonto y egoísta, dependiente siempre de la tecnología, del industrialismo. La otra, una máquina orgánica que existe para matar, resistente, astuta, esperando en el silencio para cazar su presa, destruirla, o para plantar su semilla y reproducirse hasta el infinito.
Qué desesperación. Qué claustrofobia. Qué importa en que sistema solar nos encontramos. Estamos encerrados en una construcción hermética con una araña gigante de forma humana, que ha puesto su nido reproductorio aquí mismo. Hay que matarla, hay que destruirla.
Al final (sólo al final), quizá podamos descansar después de haber aniquilado tan horrenda criatura, después de estar seguros de haber exterminado el insecto-animal. Sólo así, podríamos descansar de nuevo, volver al silencio inicial y emprender el viaje de regreso a casa, olvidando los horrores de la negrura espacial (¿fueron reales acaso?)
Es tiempo de dormir de nuevo, de cerrar los ojos, y soñar que la tierra nos espera a salvo y en paz.


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