martes, 12 de junio de 2012

Kung Fu, mafia y dibujos animados.





















Me gusta Kung Fu Hustle. Es como un juego de niños, donde puedes brincar alto, correr como en las caricaturas y volar entre las nubes. Donde los malos bailan coreografías con hachas de juguete, y donde cualquier persona parece de hule y puede caer y estamparse contra el piso como el coyote del correcaminos.

Al final esa sensación me da, sólo es Stephen Chow divirtiéndose intentando divertirnos a nosotros como espectadores, jugando a pelear kung fu, jugando a hacer una película oriental para occidente, haciéndole tributo a los tarantinos, los bruce lee, a los dibujos animados, a los westerns gringos. Y la verdad es que la fórmula no le sale tan mal. Obtenemos una película con un estilo bizarro, surrealista, como una reinterpretación de clichés fílmicos con un resultado más bien raro, ecléctico, pero por ende, único.

No me malinterpreten, tampoco digo que sea la gran película, es un filme sencillo, para entretenerse, el director se divirtió haciéndola y quiere que nosotros nos divirtamos viéndola.

Quien iba a decir que los Looney Tunes podían mezclarse tan bien con kung fu y artes de pelea budistas. Todo esto aderezado con mafias de cartón, cuerpos elásticos y señoras en pijama hacer temblar la tierra sólo con sus gritos.























Y claro, al final de la historia, cuando ya alcanzaste el súper poder que solo los elegidos pueden obtener y venciste al villano más malo y poderoso de toda la tierra, aún puedes darle la mano, echarle un guiño, y decirle que ya no se porte mal. Y por supuesto, días después poner tu propia tienda de dulces con tus mejores amigos y jugar con más niños.

¿No la has visto aún? Échale un ojo, en una de esas hasta te inspire a estudiar kung fu, o por lo menos intentar correr como un correcaminos...



Kung Fu Hustle se estrenó en 2005 en USA y fue nominada a un Globo de Oro y a los premios BAFTA como Mejor Película Extranjera.

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